Cómo funciona un grifo de cerveza

Lo has hecho. Has cumplido tu sueño y por fin tienes en casa un grifo de cerveza con el que celebrar las mejores fiestas y barbacoas y servir cerveza a tus amigos como el maestro que eres. ¡Enhorabuena! Ya no vas a poder sacarlos de casa aunque quieras.

Pero, un momento, ¿sabes cómo funciona un grifo de cerveza? ¿Estás bien enterado de los componentes y de cómo asegurarte de que alargas su vida útil? Si quieres aprender cómo sacarle el máximo partido a tu nuevo grifo profesional de cerveza, quédate donde estás y no dejes de leer.

Partes de un grifo de cerveza

Para saber cómo funciona algo, es imprescindible conocer las distintas partes que lo componen. Aunque nadie te va a pasar un examen ni creemos que salga en “la parte por el todo” de Saber y Ganar, conviene que te lo aprendas bien. Los grifos de cerveza tienen dos partes principales:

  • La columna: Este es el componente que puedes ver. El que tendrás que poner sobre tu barra y conectar a la otra pieza empleando tuberías. En la columna puedes encontrar la bandeja y el grifo de cierre y apertura.
  • El enfriador: Esta parte normalmente se esconde debajo de la barra. Su función es la mantener la cerveza a la temperatura más adecuada dependiendo del tipo de cerveza. Esta parte suele incluir un sistema de presión que es el que se encarga de que la cerveza pueda subir desde el barril hasta el grifo.

Encontrarás que existen unos grifos portátiles que también cuentan con estas dos partes pero que, en su caso, son indivisibles.

Y, aunque parezca una tontería decirlo, asegúrate de tienes un barril de cerveza lleno. Si no, difícilmente podrás presumir de grifo de cerveza. A veces nos centramos en las cosas más técnicas y se nos olvida lo más básico.

¿Cómo funciona un grifo de cerveza?

En general es bastante fácil conectar las dos partes y añadir el barril de cerveza pero como todas las precauciones son pocas a la hora de garantizar que servimos la mejor cerveza y de la mejor manera, vamos a repasar los pasos uno por uno:

  1. Coge el barril de cerveza que has preparado colócalo en el colócalo en el espacio correspondiente en el equipo enfriador y conéctalo al sistema de presión. Para esto, tendrás que adquirir una válvula compatible con la marca de cerveza que hayas escogido. Por ejemplo, si quieres sorprender a tus amigos con un delicioso barril de cerveza Moritz, necesitarás la válvula compatible con nuestros barriles.
  2. Después, tendrás que conectar una botella de gas al mismo sistema de presión, utilizando un regulador. Así, podrás controlar cuanto gas entra en el barril.
  3. Lo que sucederá a continuación es que cuando empieces a introducir gas en el barril a través de la parte superior, este ejercerá presión sobre la cerveza y está tendrá que empezar a salir a través de la manguera de la parte inferior hasta llegar al equipo enfriador.
  4. Dentro del equipo enfriador, la cerveza circulará desde la manguera hasta el grifo mediante un serpentín que es el que enfría la cerveza.
  5. Finalmente, llega el momento tan esperado en el que la cerveza sale por el caño cuando abres el grifo. Si todo va bien y has seguido las instrucciones correctamente, la presión será la más apropiada para que se forme una corona de espuma de textura cremosa.

¿A que se te ha hecho muy largo leer sobre el proceso? Pues todo esto dura a penas unos segundos. Ahora solo te queda aprender a tirar una caña de cerveza como todo un profesional para sacarle el máximo provecho a tu grifo de cerveza.

Mantenimiento y limpieza de un grifo de cerveza

Por desgracia, como aún no tenemos varitas mágicas ni robots mayordomo, tu trabajo no termina al servir la cerveza a tus amigos. Para que tu grifo siga funcionando a las mil maravillas, tendrás que limpiarlo y mantenerlo de forma apropiada. ¿Por qué? Porque pueden surgir todos estos problemas:

  • Microbios contaminantes: Los entornos húmedos son perfectos para que proliferen bacterias y hongos variados. Si no quieres que estos afecten a la apariencia, sabor y aroma de la cerveza, asegúrate de limpiar todas las partes del grifo: desde el serpentín hasta las tuberías.
  • Obstrucciones: Otro riesgo es que se formen sedimentos en las tuberías y/o en el serpentín que podrían alterar la presión o (dios no lo quiera) impedir el paso de la cerveza por completo.
  • Oxidación: La cerveza podría perder su sabor y su frescura si se oxida por culpa del uso de un gas inapropiado o si existen fugas en alguna parte del sistema del grifo.

Estamos seguros de que no quieres que pase nada de esto, así que vamos a darte algunos consejos para evitarlo:

  • Cambia el barril: Deberías cambiarlo tanto en el momento en el que se vacíe como si lleva abierto más de un mes.
  • Limpia con agua y jabón la válvula y sécala a conciencia antes de conectar otro barril.
  • El grifo, la bandeja y el caño, tienes que limpiarlos a diario con agua caliente y jabón y secarlos muy bien.
  • Para eliminar los microorganismos y posibles sedimentos, haz una mezcla de agua y ácido peracético para limpiar el serpentín y las tuberías cada 15. Tendrás que dejar actuar la mezcla unos minutos y después aclararlo todo muy bien con agua. Por supuesto, después hay que secarlo todo a la perfección.
  • Más o menos una vez al mes, comprueba que no haya roturas ni fugas en un tu sistema de presión.
  • Elige bien el gas apropiado para cada tipo de cerveza.

 

Y esto es todo lo que debes saber sobre los grifos de cerveza. Puede parecer mucho cuando lo ves escrito, pero te aseguramos que no es para tanto y además, merece totalmente la pena. Así podrás disfrutar de tu grifo de cerveza siempre que quieras.