Cerveza Radler, la mezcla más refrescante para el verano

Radler, Shandy, Panaché, Clara, Xampú… podemos llamarla de mil maneras, son muchas las formas de denominar la mezcla de cerveza con limonada y, a veces, nos cuesta ponernos de acuerdo. Lo que todos tenemos claro es que añadir zumo de limón natural a la cerveza es una combinación ganadora, especialmente en los calurosos días de primavera-verano donde nos apetece una bebida fresca y ligera. 

Parece que la forma más popular de llamar a este tipo de cerveza, la que ha calado, es la original, así que nosotros nos quedamos con Radler, Moritz Radler –ha sonado muy James Bond, ¿verdad? –.  

 

¿Por qué Radler? 

Realmente, es un porqué muy sencillo, aunque el significado de Radler te va a sorprender.  

Para entenderlo, hay que hacer como casi siempre, trasladarse al origen de las cosas, en este caso, a la Alemania de los años 20.  

 

La primera Radler limón 

Es entonces cuando Franz Xaver Kugler, un trabajador de los ferrocarriles alemanes, decide abandonar los trenes y abrir su propio biergärten, una de esas terrazas típicas de Baviera en que se sirve principalmente cerveza.  

Por allí pasaban un gran número de ciclistas practicando el deporte de moda y para satisfacer su sed y refrescarlos, un día decidió mezclar la cerveza tradicional con zumo de limón y le quedó una cerveza radler limón. Voilà, acababa de crear una bebida que sorprendió, gustó y se extendió rápidamente. Franz pasó a ser todo un maestro cervecero de la noche a la mañana y su creación, evidentemente, necesitaba un nombre.  

Para rendir homenaje a los ciclistas, sus primeros conejillos de indias, la llamó Radlermass fruto de la unión de los conceptos “Radler” –ciclista- y “Mass”, que es como denominan las jarras típicas de un litro de capacidad de Baviera. Sí, Radler significa ciclista en alemán, es cuanto menos curioso pero el concepto fue evolucionando y hoy en día la conocemos directamente por el mismo nombre. 

¿Tiene muchas calorías la Radler? 

El hecho de ser mitad cerveza mitad refresco hace que la cerveza Radler cuente con  una gran desventaja, tiene más calorías. Por lo general, el rango de calorías cada 100 ml de las Radler que se comercializan en España esta entre 40 y 52 ml. En otras palabras, alrededor de un 12% más que la normal. No todo podía ser positivo, pero bueno, con el calor que está empezando a hacer las vamos a quemar casi sin querer y es el aliado perfecto para combatirlo. 

 

¿Y alcohol? 

También tiene sus ventajas, la Radler es la opción perfecta cuando no puedes pasarte mucho con el alcohol. Si tienes un compromiso de cualquier tipo, pero tampoco quieres esperar sin poder disfrutar de una buena cerveza, te pides una Radler.  

¿Por qué? La Radler suele tener la mitad o menos de la mitad de alcohol que una cerveza normal, unos 2,5 grados. Si haces las cuentas de una tarde animada..., ya me entiendes, puede llegar a notarse mucho.  

 

Cómo hacer Radler 

En un principio la mezcla era de un 50% de cerveza y un 50% de zumo de limón, pero ya se sabe, la creación se extendió y cada uno lo adaptó a su gusto. En este “cóctel cervecero”, el limón aporta un punto refrescante que contrarresta el amargor clásico de la cerveza y rebaja el alcohol de la mezcla. Hoy en día algunas mezclas se han rebajado, tanto que ya existe hasta la Radler sin alcohol, pero si lo piensas es normal, existiendo algunas como la Moritz 0,0 Tostada, cualquier cosa es posible en nuestro mundo cervecero. 

 

Así hacemos Moritz Radler 

En nuestro caso, para la elaboración de la cerveza Moritz Radler, utilizamos zumo de limón 100% natural que combinado con la Moritz Original - la primera cerveza de Barcelona desde 1856, ¡recuérdalo bien! – multiplica su poder refrescante y, además, está buenísima. Con ello conseguimos una cerveza muy aromática, fresca y agradable que balancea lo mejor de los dos ingredientes. Nos ponemos un poco poéticos, sí, pero es que los aromas florales del lúpulo de Saaz combinan con el frescor del limón y la acidez del zumo lo hace con el amargor de la cerveza. ¿El resultado? Equilibradamente irresistible. 

 

Tanto hablar sobre la Radler nos ha entrado sed. Además, el calor por fin ha llegado, el sol brilla y las temperaturas no paran de subir. Es el momento. Hacemos una pausa, abrimos la nevera o nos vamos a un bar o a la Santa Market a pedirnos una pinta de cerveza Moritz Radler bien fría. Y por supuesto, brindamos en esta ocasión por Franz Xaver Kugler, es lo mínimo que se merece por haber creado semejante invento. ¡Una buena ronda de ciclistas para todos, salud! 

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