IBU: ¿Qué es y cómo se aplica en la cerveza?

Ya sabes cómo somos los seres humanos, (o no, si eres un alienígena cervecero o una Inteligencia Artificial) nos encanta ponerle etiquetas y nombres a todo. Y si puede ser con unas simpáticas siglas, mejor que mejor.

IBU suena bien, suena casi cuqui, como a criatura adorable de una película fantástica (“¡Mirad! Hemos llegado al bosque de los Ibus”) sobre todo si no has oído nunca este término. Pero nada más lejos de la realidad. Si eres un maestro cervecero o si sabes cómo hacer cerveza artesanal, seguro que has oído hablar de los IBUs y sabes qué significan y cómo influyen en el sabor de tu bebida favorita.

En este artículo te vamos a explicar todo lo que necesitas saber sobre los IBUs, desde su origen hasta su aplicación en los diferentes estilos de cerveza. Y no, no pueden abrazarse.

¿Qué son los IBUs?

Los IBUs son las siglas de International Bitterness Units, o Unidades Internacionales de Amargor. Así es, este nombre tan simpático se lo han dado a una unidad de medida. Pero no hay razón para decepcionarse: Se trata de una escala numérica que mide el nivel de amargor de una cerveza, basándose en la cantidad de ácidos alfa que contiene.

Los ácidos alfa son unos compuestos químicos que se encuentran en el lúpulo, una de las materias primas de la cerveza, y que le aportan aroma, sabor y conservación.

La escala de IBUs fue creada en 1964 por el American Society of Brewing Chemists (ASBC), con el objetivo de estandarizar la medición del amargor de la cerveza y facilitar la comparación entre distintas marcas y estilos.

La escala va desde 0 hasta más de 100 IBUs, siendo 0 el valor más bajo y más de 100 el más alto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el amargor percibido por el paladar humano no es exactamente igual para todos (si eres un alien, te dejamos tomar nota de esto), sino que depende de otros factores como el dulzor, la carbonatación, la temperatura y, por supuesto, las preferencias personales y cómo de acostumbrados estemos a ciertos sabores.

¿Cómo se utilizan los IBUs en la cerveza?

Los IBUs son una herramienta útil para los productores y los consumidores de cerveza, ya que les permiten clasificar y elegir las cervezas según su nivel de amargor. Por lo general, cuanto más alta es la graduación alcohólica de una cerveza, más IBUs necesita para equilibrar el dulzor del alcohol. Así, las cervezas más ligeras suelen tener menos IBUs que las más fuertes.

Baremos según los tipos de cerveza

Aunque no hay una regla fija, se pueden establecer unos rangos aproximados de IBUs según los estilos de cerveza más comunes. Por ejemplo:

  • Las cervezas de trigo, suelen tener entre 10 y 20 IBUs, ya que se caracterizan por su sabor suave y refrescante, con notas frutales y especiadas.
  • Las cervezas rubias, son bastante ligeras y fáciles de beber, por lo que se sitúan entre 15 y 25 IBUs.
  • Las cervezas negras, varían mucho en amargor, ofreciendo desde 25 IBUs hasta 50, dependiendo del tipo de lúpulo en la cerveza y de la cantidad de malta empleada.
  • Las cervezas de alta fermentación, se caracterizan por llegar con facilidad a los 40 IBU aunque los aromas afrutados que aporta la levadura ayudan a equilibrar la sensación de amargor.
  • Las cervezas IPA, destacan por ser las más amargas, oscilando entre los 40 y 70 IBUs. Su sabor es muy amargo y lupulado, con un toques cítricos y florales y un alto grado de alcohol.

¿Qué es lo que aporta amargor a la cerveza?

Como hemos visto, el principal responsable del amargor de la cerveza es una planta trepadora que se cultiva en zonas templadas y que se utiliza en forma de flores secas o de extractos y que se llama lúpulo.  Contiene unos aceites esenciales que le dan aroma y sabor a la cerveza, y unos ácidos alfa que le dan amargor y conservación.

Sin embargo, el lúpulo no es el único factor que influye en el amargor de la cerveza. También hay que tener en cuenta la cantidad y el tipo de malta en la cerveza, que es el grano germinado y tostado que se utiliza para elaborar la cerveza. La malta aporta dulzor y color a la cerveza, y puede contrarrestar el amargor del lúpulo. Así, una cerveza con mucha malta puede tener un amargor bajo, aunque tenga muchos IBUs, y viceversa.

Además, como hemos dicho, la percepción del amargor también puede variar en función de la persona. Aquellas que no están acostumbradas a los sabores amargos, pueden no tolerar cervezas con una medida de IBUs moderada.

 

Por eso, no hay que fiarse solo de los IBUs a la hora de elegir una cerveza, sino que hay que probarla y disfrutarla con todos los sentidos.